domingo, 8 de junio de 2008

CiUdaD


No te desgañites pronto
tienes el alma de un pez revestido de arena
vives perpleja ante el titilante morbo vital.
Caminas palideciendo tus huesos, tu piel se hace añicos.
Desesperas torcida entre las hojas caídas de la realidad.
Tu cuerpo se ha seccionado para cubrir la realidad actual
y te incineran los gritos del paseo vital.

Hay mil cerradas intravenosas, la sangre aferrada al movimiento, calcula, transita, circula.
Circulas un mundo hábido de ninfas coloradas que tiñen las esquinas de tus huecos
que a veces se palidecen, incluso mueren y te ahorcan mientras besas sus pies.

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