ParciAliDad

Del segmento,
la parte.
Del cuerpo,
la rodilla.
Del borbollón,
la gota.

De la sombra,

la silueta.
De la hora,
el minuto.
Del universo,
la partícula.
Del absoluto,
la mediatez.

De nosotros,

yo.

No sueles espacir,

vocablo de la ternura,

tu aterido apetito

bajo mi lengua.

Te prolongas,

sólo

para recordar

el abandono

a mi paladar.

En el fondo

de una metáfora

me abigarro.

Eres

dulce tensión,

mi ontología

única.

Soy

la más incomprendida

de las palabras.

Me he vuelto

garaganta,

encía,

labio

.

Hemos omniabarcado lo finito presenciando la ironía de lo infinito. Cortejamos a gnosis creyendo ser redituados con certezas, pero el espanto ya ha sofocado nuestra carne y nuestro párpado.
Hemos intentado escapar de la fortuna, cuando ya ha sembrado su movimiento en nuestros pies.
No hemos escuchado otro sonido, sólo el aleteo perfecto de un ave que no sabe que deja su reflejo.

Aterciopélate
boca de mi imaginario veloz
ven-a-mi
tersura de la palabra
que brota de ahí
y ciñe tus piegues rosa-pálidos
aunque sólo sea
a uno de mis labios