Tal vez sea que en mi mano ha reencarnado un nido de hormigas, lo que ha vuelto a mi cabeza una flama gigante.
O tal vez haber recordado mi nombre sea lo que hace a mi párpado abrirse enorme para hundir la mirada en el mundo.
Qué tal si mis pies descubrieron que podían andar aun a falta de huesos, carne o pisadas.
Tal vez sólo sea que aquí afuera sigue lloviendo y yo, como siempre, he olvidado mi paraguas.
2 comentarios:
Muy lindos colores en la foto.
No hay más certidumbre que la incertidumbre...
eso, pero que trabajo nos cuesta darnos cuenta ¿no es así?
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