Llévame
al término, al principio de una muerte celebrando el horizonte en su mirada.
Mírame
en el aire de esta noche de eclipses hasta que la saliva sienta los olores de
un enamoramiento sin color.
Revélame
un mundo de señales que griten; de símbolos en silencio.
Recuérdame
la lejanía del cielo sin dejar de mirarlo.